Por naturaleza, los perros y algunos otros animales marcan su territorio para demostrar la propiedad del espacio.
Comúnmente, los canes lo hacen con una pequeña cantidad de orina. Tienden a levantar la pata trasera para luego orinar sobre un objeto o una zona determinada, reclamándolo así como propio. Esto se llama marcaje de orina. Pero, ¿Cómo es que orinar en algún lugar o sobre un objeto transmite el mensaje de que este es su territorio?
La orina que desecha contiene mucha información sobre ese perro en específico, algo que puede pasar desapercibido para los seres humanos. Con solo olerlo, otro perro puede saber el sexo, la madurez y el estatus social del perro que dejó el olor, así que la orina actúa como una tarjeta de presentación o un identificador canino.
Las hembras en celo son propensas a orinar de la misma manera, pero en su caso, el objetivo es que las hormonas y feromonas presentes en su orina le hagan saber sobre su presencia a los machos interesados desde lejos.
Un perro dominante está más inclinado a marcar su territorio, mientras que uno más sumiso puede levantar la pata solo en dos o tres lugares mientras está fuera del lugar en el que se desenvuelve normalmente. Un dato interesante es que no todos los perros machos ladean la pata a la hora de marcar su territorio, aunque esta es la forma más habitual.
Los principales culpables de esta conducta son los perros machos no castrados. Por lo general, son ellos los que sienten la necesidad de que los demás canes sepan que están allí y que cierta área específica les pertenece. Sin embargo, el comportamiento se puede presentar igualmente en perros castrados e incluso en hembras.
Cuanto más asertivo sea el animal, más probable es que marque su territorio en lugares altos. Se sabe que los osos, por ejemplo, arañan los árboles hasta dónde pueden llegar, y los pandas se paran de manos para dejar marcas de orina lo más alto posible. Al levantar las patas, los perros pueden orinar en superficies verticales, para mostrarle al siguiente perro que se acerque que son una criatura grande y dominante.
Si tu perro no había marcado territorio y empezó a hacerlo hasta hace poco, es probable que algo haya cambiado en su entorno. La mayoría de las veces este cambio responde a la llegada de una nueva mascota en la casa, especialmente si uno o ambos no están esterilizados/castrados. La presencia del nuevo perro provoca un cambio en la dinámica social, que puede hacer sentir a tu compañero más antiguo que necesita actuar al respecto.
También, la presencia regular de una nueva persona puede hacer que un perro sienta la necesidad de marcar su territorio, por ejemplo, cuando la nueva pareja del dueño de una mascota se muda a la casa. Que el perro orine cuando la nueva persona está ahí no significa que no le caiga bien; por el contrario, se siente amenazado o siente la necesidad de demostrarle a la nueva persona que está en su territorio. La llegada de un nuevo bebé puede tener el mismo efecto ya que, esencialmente, cualquier persona o animal que traiga nuevos olores a la casa y altera la jerarquía social motiva al perro a delimitar su área.
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