Playas paradisíacas, paisajes de ensueño y comida deliciosa: Pensar en México es sinónimo de fiesta, experiencias, flora y fauna agradables. La música de mariachi, los tacos y el tequila son emblemas nacionales, pero cuando de razas de perro se trata (y a pesar de que el Xoloitzcuintle es considerado un símbolo más de la mexicanidad), la raza preferida por los mexicanos es el perro chihuahua.
De temperamento atrevido, valiente y con mucha personalidad, un chihuahua no suele pesar más que 2.5 kilogramos y su estatura no excede los 20 centímetros en promedio. Y aunque su tamaño es similar al de un juguete, su esperanza de vida alcanza entre 14 y 16 años.
El color de su pelaje es variable, se les puede encontrar en blanco, negro, chocolate, beige, dorado, crema o una mezcla de cualquiera de ellos. Entre la raza chihuahua también hay variaciones, cada una con un aspecto único que se pueden diferenciar gracias a la longitud y densidad de su pelaje.
Aunque suelen ser, en general, bien proporcionados, puedes reconocer a un chihuahua por sus patas delgadas, y porque su cráneo tiene mayor tamaño que el resto del cuerpo. Su rostro se enmarca en un par de ojos grandes y bien redondeados, un hocico corto y orejas puntiagudas que la mayoría de las veces permanecen erguidas.
Otro rasgo particular de los chihuahuas es su temperamento. Algunos son feroces y ruidosos, mientras que otros son más tímidos y callados. Sin importar a cuál de los dos equipos pertenezcan y al igual que el resto de los perritos, estos canes son increíblemente leales y protectores con sus humanos.
Pequeñísimo, pero de gran corazón, los requerimientos de cuidados y mantenimiento de su forma son tan reducidos como su tamaño, mismo que le permite ir a todos lados junto con sus amos y adaptarse a cualquier espacio. Por eso, los chihuahuas pueden vivir lo mismo dentro de una amplia casa o de un departamento pequeño, que en patios y jardines.
El chihuahua es una de las razas de perro más antiguas de América. Se cree que es descendiente del techichi, que se sabe que existió desde la civilización Tolteca. Luego, los Aztecas conquistaron a los Toltecas y conservaron a los techichi como animales de compañía en su civilización.
De acuerdo con las representaciones y pinturas encontradas acerca de los Techichi, los toltecas creían que se trataba de perros mágicos que poseían el poder de curar enfermedades y de guiarlos a la vida eterna luego de fallecer.
Otras versiones indican que podría tratarse de un perro mestizo descendiente de españoles, cruzado con nativos de la civilización Azteca.
En 1850, en Chihuahua, Chihuahua, fue descubierto el primer ejemplar de un chihuahueño, apodo que reciben estos pequeños canes, y que le dio nombre a toda la raza.
Para este tipo de perros una alimentación BARF puede ser fundamental para su salud.
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