La historia del BARF

La historia del BARF

¿Has oído hablar de la dieta BARF? Seguramente, como buen compañero y
cuidador de tu mascota, en más de una ocasión te has preocupado por brindarle
una alimentación equilibrada y saludable. En esa búsqueda, el BARF puede ser una
buena opción para nuestros amigos caninos.
El acrónimo BARF significa Biologically Appropriate Raw Food (Alimento Crudo
Biológicamente Apropiado), y se basa en la alimentación que los perros tendrían en
su ambiente natural. Consiste en proporcionarles una dieta basada en alimentos
crudos, sin procesar ni cocinar, y que incluye carnes, huesos, vísceras, frutas y
verduras.
Los orígenes de esta dieta se remontan a los años 30, cuando un dentista llamado
Weston A. Price observó que las personas que seguían una dieta tradicional, que
incluía alimentos no procesados, tenían una salud dental y general excelente. En la
década de los noventa, el veterinario australiano Ian Billinghurst propuso la idea de
que los perros también se beneficiarían de una dieta basada en alimentos crudos y
no procesados. De esta forma, surgió el concepto BARF.
En otras palabras, la dieta BARF se basa en la idea de que los perros son animales
carnívoros y, por lo tanto, su cuerpo está diseñado para digerir y obtener nutrientes
de alimentos crudos y no procesados, ya que los alimentos crudos contienen
enzimas y vitaminas que se pierden durante el proceso de cocción y que son
esenciales para tener una buena salud.
Los beneficios de la dieta BARF son muchos. En primer lugar, al proporcionar una
alimentación más natural reduce la probabilidad de que el perro desarrolle alergias
alimentarias. Los alimentos crudos son más fáciles de digerir para sus organismos,
así que al comer platos no procesados se reducen sus problemas digestivos.
Otro beneficio de la dieta BARF es que los perros que la siguen suelen tener una
mayor energía y vitalidad, lo cual se debe a que los alimentos crudos son ricos en
nutrientes y vitaminas, por lo que contribuyen a disfrutar de una mejor salud general,
que se refleja en su estado de ánimo. También puedes notar que las mascotas que
llevan esta dieta tienen un pelaje más brillante y una piel más sana.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la dieta BARF no es para todos los
perros. Los peluditos que son demasiado mayores o los que tienen problemas de
salud pueden tener dificultades para digerir adecuadamente los alimentos crudos.
Además, no se trata sólo de servir carne cruda en los tazones de los perritos; al
contrario, se debe tener cuidado para equilibrar la dieta y que contenga todos los
nutrientes necesarios.
Si tomaste la decisión de cambiar la alimentación de tu perro a la dieta BARF, es
importante que lo hagas de forma gradual. Introduce los alimentos crudos
lentamente, mezclándolos con la comida actual que le sirves. Asegúrate de que los
huesos que le sirvas sean adecuados para su tamaño de cuerpo y que no
representen un peligro de asfixia y consulta siempre con tu veterinario tanto los
cambios en la nutrición del perro como cualquier síntoma que tu mejor amigo
presente durante el proceso.

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