Seguramente desde la infancia has escuchado que el perro es el mejor amigo del hombre, pero hasta ahora, ¿Te has preguntado por qué? Se trata de una afirmación que cobra cada vez más sentido, pues ante la enorme lista de cualidades de los canes, no ha sido difícil incorporarlos a las rutinas familiares, en el hogar, e incluso al trabajo en equipo con las personas.
Más que su amorosa y fiel compañía, los perros son capaces de establecer vínculos únicos con sus dueños, en donde la lealtad, la nobleza, el amor incondicional y la excelente capacidad de captar las emociones hacen que el perro se gane, con todos los méritos posibles y sin ningún problema, su título como el mejor amigo del hombre.
Aunque basta con vivir la experiencia de tener un perro como mascota para validar lo que hemos mencionado, a nivel científico se han realizado investigaciones que sustentan esta relación. Especialistas de Hungría hallaron que la relación única que se ha establecido entre este animal y el ser humano es producto de la interacción de una región del cerebro que ambos tienen en común, y que está relacionada con la voz y con el reconocimiento de las emociones que se transmiten a través de ella.
Los científicos húngaros también determinaron que existen muchas similitudes entre los cerebros de un perro y el de una persona, y que de ahí proviene tan íntima complicidad.
Debido a que esta relación proviene de la naturaleza de ambos animales, perros y humanos, no está limitada por regiones, razas o países. Científicos japoneses realizaron su propia investigación donde evidenciaron la fuerte conexión entre un perro y su dueño a través de la oxitocina. Lograron comprender y explicar que cuando una persona mira a los ojos a su mascota, el animal libera esta hormona (que está relacionada con el cariño y el apego) para demostrar su felicidad.
De hecho, afirman que esta relación es parecida a la que se establece entre una madre y su hijo, dadas las sustancias y áreas del cerebro que se involucran. Dada la capacidad de transformar el estado anímico de las personas que los rodean, los perros han sido adiestrados para funcionar como apoyo terapéutico, físico y emocional, de nuevo, aprovechando la íntima relación que tienen con los seres humanos.
El beneficio mutuo que se entregan perros y humanos ha sido fundamental para perpetuar esta relación a lo largo del tiempo. Los canes se benefician de llevar un estilo de vida en manada junto con los humanos, pues son criaturas sociales que prosperan cuando logran cooperar en conjunto. El hecho de vivir con otros perros o seres humanos aumenta notablemente su capacidad de resolución de problemas, aunque requieren la atención de sus amos para satisfacer varias necesidades: comer, cuidados básicos, hogar y seguridad.
La relación perro-dueño ha llegado a desarrollar tanta sinergia que en diferentes estudios a lo largo del tiempo y el mundo se ha demostrado que los perros tienen una afinidad tan natural con los seres humanos que han logrado trascender culturas, idiomas, fronteras y el tiempo, siendo hasta la actualidad el mejor amigo y compañero que podemos tener.
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